En los jardines del Retiro vive un centenario cedro del Líbano, y durante el día, es dividido en dos.
Al sol, uno se posterga cerca de él, y en su sombra otro recita el poema.
Oscar C.
Bastante tengo con lo que no tengo.
En la ciudad mas triste del mundo
los edificios se deshacen en lloros.
En las riveras del canal solo crece hierba negra
y por eso los patos huyeron asustados hace tiempo.
La ciudad mas triste del mundo
busca nuestro perfume ebrio cruzando los puentes,
el reflejo de las sombras ámbar en el agua,
incluso nos ha buscado riéndonos en los escaparates.
La ciudad siente una tristeza insondable
en sus costillas y desvanes
y cada vez que suspira las baldosas se agrietan
y los puentes pierden ladrillos.
Ahora Muerte amenaza, sobre el oxido de las fachadas que se disponen a ritmo de galera,
sobre la frente del espectro que madruga hacia su bici,
sobre los chopos
y sobre el agua estática.
La ciudad mas triste del mundo esta muriendo anhelando la vez que fuimos felices.